martes, 31 de enero de 2012

No soy un cura. No te vengas a confesar conmigo.




¿Qué onda esas boludeces que exigimos las minas? que nos escuchen cuando contamos cómo nos rebajamos por un vago y después sellar todo con la frase "lo hice por amor". No loca, yo también soy mina. Yo también me rebajé por un vago por el cuál probablemente nunca hubiese obtenido nada ni parecido al amor, no obstante lo cual lo hice. Y capaz que lo sabía de antemano e igual lo hice. Y te entiendo que lo hayas hecho. Y no te voy a considerar menos mujer porque vos también lo hiciste. ¡Ojo! no digo que NO lo hayas hecho por amor... lo que sí digo es que no es necesario que me lo aclares. Así que no te gastes, no es necesario que me expliques eso, como pidiéndo perdón por tus pecados.

Pero lo más llamativo es que... a pesar de todo el progreso y de los derechos de las mujeres y la liberación femenina y eso... todavía no se nos ocurre pensar que ellos pudieron habernos usado, pero bien que si duró, nosotras también los usamos como consolador; nah no soy guasa (?) sino como consolador eterno de tus lágrimas por él. Porque vos podés llorar todo lo que querés. Porque vos podés quedar como una reberenda histérica llamándolo, mensajeándolo, puteándolo, queriéndolo de nuevo, dandole bolilla una vez más a pesar de todo. Pero eso no te hace menos mujer. Te hace una mina con mucho poder: el poder de sacar de quicio a alguien. Haceme caso, quejate en vez de llorar; y usalo en vez de sentir la necesidad de confesar.


Always and 4 ever

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